Cárcel y futbol: sueños frustrados, libertad y mucha pasión
IVÁN SÁNCHEZ/ @chhivo
Con el futbol como pretexto, los presos se entregan a tope en partidos que llegan a durar hasta 100 minutos. Es su forma de sentir un poco de libertad, olvidar las largas condenas, las paredes, el poco espacio que cuentan para vivir y, por qué no, imaginar que juegan ante miles de personas y sentirse queridos o ídolos.
Esta es la historia de reclusorios en México, como el del Norte y el Oriente de la Ciudad de México, que juegan partidos entre los internos y externos. La libertad está en un balón... al menos por un rato.
“Es una forma de distraerte. De imaginar por un momento que los que te gritan no son los presos, sino la gente de un estadio. Espero siempre los días de entrenamientos (lunes, miércoles y viernes), pero más los días de partidos, es como si estuviera afuera”, comentó a El Míster, Carlos Magallón, a quien apodan el 'Jalisco' en el Reclusorio Norte, debido a su lugar de nacimiento.
Con lágrimas en los ojos el chico de apenas 22 años que marcó un doblete…
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