👧 👦 ¿Cómo cuidará el Mundial 2026 a los niños?
El Centro para el Deporte y los Derechos Humanos, en sociedad con FIFA y las sedes de NY/N Jersey, Guadalajara y Toronto desarrollarán un plan de legado en favor a la protección de los niños.
By El Míster Toledo
La celebración del Mundial de futbol 2026 en Norteamérica marca un hito importante para la región. Las ciudades sede se encuentran en una carrera para destacar, invirtiendo en infraestructura y buscando un impacto económico positivo que beneficie a sus comunidades.
La imagen que proyecten como ciudades modernas y acogedoras es crucial. De esto, destaca la inversión en estadios de clase mundial, mejoras en la movilidad urbana, y la expansión de servicios de alojamiento.
En medio de esta euforia por el evento deportivo más importante del mundo, es fundamental no pasar por alto un aspecto elemental: la garantía del respeto irrestricto a los derechos humanos.
De cara al Mundial 2026, la FIFA ha intensificado su colaboración con organizaciones como el Centro para el Deporte y los Derechos Humanos (CSHR), con el objetivo de prevenir cualquier forma de abuso o explotación, en particular el abuso sexual infantil, dentro del entorno del futbol.
Un estudio de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños reveló que, durante las pasadas Copas del Mundo, las llamadas a la línea de ayuda de la organización aumentaron un 33% por encima de la media mensual, lo que supone más de 1,000 llamadas.
Este panorama plantea una pregunta crítica: ¿qué se tiene que hacer en este tipo de eventos para garantizar que los derechos de los niños y niñas estén protegidos y que el deporte sea un espacio seguro para todos?
El lado oscuro detrás de los grandes eventos deportivos
Los grandes eventos deportivos, como el Mundial de futbol, suelen ser un motivo de celebración y unión entre las naciones. Sin embargo, detrás de esta fachada de alegría y entusiasmo, se esconden realidades sombrías que a menudo pasan desapercibidas. Una de las más inquietantes es el aumento del maltrato infantil y los casos de abuso doméstico que se disparan durante estos torneos masivos.
Según la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC), eventos como la Copa del Mundo de 2018 y la Eurocopa 2020 vieron un aumento significativo en las denuncias de abuso.
Durante la Copa del Mundo, por ejemplo, las llamadas relacionadas con abuso doméstico se incrementaron un 33%, y los niños que buscaron asesoramiento por estas situaciones crecieron un 17%.
Este patrón se repitió durante la Eurocopa de 2020, cuando las fuerzas policiales en el Reino Unido registraron un aumento del 10% en las denuncias de abuso doméstico, con más de 96,000 casos reportados. En particular, la policía metropolitana observó un aumento del 14% en estos incidentes, mientras que en otras ciudades como Wiltshire y Merseyside se reportaron incrementos del 1,000% y 600%, respectivamente.
Durante la Copa del Mundo de Brasil, las denuncias de abuso sexual infantil aumentaron más de un 25%, según datos de Freedom United. Evidenciando que los eventos deportivos de gran magnitud no solo traen consigo grandes masas de aficionados, sino también peligros adicionales para los niños.
El Reino Unido ha documentado cientos de casos de ciudadanos británicos que viajaron al extranjero y abusaron sexualmente de menores, intentando evitar ser procesados por las autoridades locales o del propio Reino Unido.
La situación se vuelve aún más compleja si consideramos los datos de violencia infantil en otros países sede como Estados Unidos y México, donde las estadísticas son igualmente alarmantes.
En USA, uno de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños sufre abuso sexual antes de cumplir los 18 años. En México, los datos de la Secretaría de Salud muestran que más de 9,900 menores de edad fueron atendidos por violencia sexual en 2022, lo que representa un aumento del 21.9% en comparación con el año anterior.
Las ciudades sede, mientras se preparan para recibir a millones de aficionados, también deben enfrentar el reto de garantizar la seguridad de los niños y prevenir situaciones de abuso.
Un enfoque integral para la protección de la infancia en el deporte
Lo que está haciendo el Centro para el Deporte y los Derechos Humanos, en colaboración con FIFA, es que ha lanzado la iniciativa "Generación 2026" con el objetivo de salvaguardar a los niños y adolescentes en el contexto de los grandes eventos deportivos.
Este programa es pionero en la creación de entornos deportivos seguros, al centrarse en prevenir cualquier forma de abuso, desde el maltrato infantil hasta el abuso sexual.
"Generación 2026" se implementará en tres importantes ciudades sede del próximo Mundial de futbol: Nueva York/Nueva Jersey, Guadalajara y Toronto.
Estas regiones han sido seleccionadas debido a su relevancia tanto como anfitrionas de eventos globales como por su compromiso con la seguridad infantil en el deporte.
La iniciativa se fundamenta en varios pilares clave. En primer lugar, la evaluación y desarrollo de un plan de acción específico para cada organización deportiva participante, adaptado a las necesidades y debilidades detectadas en sus políticas de salvaguarda.
En segundo lugar, se ofrecerá formación continua a entrenadores y personal deportivo sobre cómo prevenir, detectar y actuar ante situaciones de riesgo, con el fin de crear una cultura de transparencia y responsabilidad dentro de las organizaciones deportivas locales.
Otro componente importante es la creación de una comunidad de práctica, un espacio para que las organizaciones puedan intercambiar experiencias, aprender unas de otras y recibir el apoyo de expertos internacionales, colaboración esencial para garantizar la sostenibilidad del programa a largo plazo y para fomentar una red de protección que abarque todos los niveles del deporte.
El programa también prevé la participación de las familias y comunidades, reconociendo que la protección infantil no puede recaer únicamente en las organizaciones deportivas, sino también buscar integrar a todos los actores relevantes para que el deporte sea un espacio seguro y enriquecedor para los menores.
Una de las principales ventajas de estas medidas es la creación de un entorno seguro y protector. Al establecer políticas claras y códigos de conducta que prohíben cualquier forma de abuso, se envía un mensaje inequívoco a todos los miembros de la organización: el abuso no será tolerado.
Este marco también incluye la implementación de procedimientos de denuncia, que permiten actuar de manera rápida y efectiva ante cualquier incidente, protegiendo a las víctimas y tomando medidas disciplinarias contra los responsables.
Las evaluaciones periódicas de las prácticas de salvaguarda en las organizaciones deportivas permiten identificar debilidades y riesgos potenciales. Este análisis preventivo ofrece la oportunidad de corregir y fortalecer aquellas áreas vulnerables antes de que se produzcan situaciones de abuso, mejorando continuamente la seguridad en todos los niveles.
La importancia de integrar los derechos humanos en el Mundial
Es común que en la organización de grandes eventos deportivos no se tomen en cuenta adecuadamente los estatutos de salvaguarda y derechos humanos, debido a varios factores.
En primer lugar, muchas veces las federaciones deportivas y los comités organizadores se enfocan en la magnitud logística y comercial del evento, lo que deja en segundo plano las consideraciones sobre la protección de los participantes y espectadores.
Además, las presiones económicas y políticas de los países anfitriones pueden llevar a la relajación de normativas, especialmente si estas normativas son vistas como obstáculos para el éxito financiero o diplomático del evento.
La experiencia del Mundial de la FIFA en Qatar en 2022 es un claro ejemplo de esto. El evento estuvo marcado por numerosas controversias relacionadas con violaciones a los derechos humanos, desde las condiciones laborales inhumanas de los trabajadores migrantes hasta la falta de derechos para las mujeres y la comunidad LGBTQ+.
Estos problemas generaron un fuerte debate internacional sobre la necesidad de que los organizadores de eventos deportivos masivos, como la FIFA, asuman una mayor responsabilidad en la defensa de los derechos humanos.
Es aquí donde la colaboración de organizaciones como el Centro para el Deporte y los Derechos Humanos se vuelve crucial.
Después de la experiencia en Qatar, la presión pública y el escrutinio internacional sobre la FIFA y otras organizaciones deportivas han aumentado. Esto subraya la necesidad de que los futuros eventos, como el Mundial de 2026, integren de manera más efectiva los principios de derechos humanos desde la planificación hasta la ejecución.
La colaboración con expertos en derechos humanos, no solo ayuda a prevenir abusos, sino que también refuerza la legitimidad de los eventos ante la comunidad internacional, garantizando que el deporte se mantenga como una fuerza para el bien social y el respeto a los derechos de todas las personas.
La experiencia demuestra que no integrar estos principios puede traer graves consecuencias reputacionales y éticas para los organizadores y los países anfitriones.
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