🎾 Wimbledon: el negocio del Tenniscore
Wimbledon es quizás el torneo de mayor glamour y etiqueta de todo el mundo. All England es una pasarela, pero lo es con estilo, una estrategia, un mensaje de marca y de estilo de vida.
By El Míster Toledo
El tenis es un deporte elegante, sí.
¿Pero por qué asumimos esto?
Porque Wimbledon así lo decidió.
La tradición del blanco, los uniformes sin publicidad, el protocolo tan ceremonial…
Es el torneo más antiguo del mundo, pero entendió desde hace más de un siglo que la estética también construye marca y lo ha capitalizado mejor que nadie.
Mientras otros buscan atención con mucho ruido, Wimbledon la impone con silencio, orden y estilo.
Desde finales del siglo XIX, impuso un código de vestimenta para disimular la transpiración, pero terminó creando un estándar visual que todavía hoy distingue al torneo del resto.
Luego algunos de sus campeones (René Lacoste y Fred Perry) trasladaron ese estilo a la industria textil, conectando el tenis con la moda mucho antes de que existiera el término ‘lifestyle’.
Hoy Wimbledon sigue tomando decisiones estratégicas que refuerzan su identidad como marca cultural y no solo como torneo deportivo. Una de ellas, el lanzamiento de su colección oficial, una línea de ropa y accesorios que responde a esa herencia visual, pero también a una visión comercial de largo plazo.
Esto es a lo que llamamos tenniscore.
Dato importante: los ingresos por ventas de merchandising pueden significar entre el 4.3 y 8% del total en Wimbledon.
Las ventas en las tiendas físicas y en línea aumentaron un 13 % interanual en lo que va de 2025. Y tan solo las ventas digitales crecieron 15% para este año.
¿Qué representa realmente esta colección y por qué es una jugada relevante?
¿Qué es tenniscore?
Es una tendencia de moda que adapta la estética clásica del tenis, como faldas plisadas, polos, y colores neutros, a un estilo más casual y cotidiano. Se inspira en la elegancia deportiva del tenis, especialmente la de las décadas de 1970 y 1980, y la incorpora a prendas y accesorios que se pueden usar fuera de la cancha.
Es, en resumen, llevar la elegancia y sofisticación del tenis al ámbito de la moda urbana.
Características principales:
Prendas clave: Faldas plisadas, pantalones, polos, vestidos de tenis, calcetines altos, chaquetas de punto, y zapatillas blancas.
Colores: Predominan los tonos neutros como blanco, beige, y pasteles, con toques de colores vibrantes inspirados en los uniformes de tenis.
Estilo: Elegante, preppy, deportivo y con un toque retro.
Accesorios: Gorras, muñequeras y joyería sutil.
Fuente: Glamour, Lacoste, Vogue, Adidas.
Una línea con ADN propio
Durante décadas, Wimbledon fue fiel a la tradición también en su línea comercial. Toallas, pelotas, pines y postales. La merch del torneo era más un recuerdo de paso que una estrategia de marca, pero eso cambió.
En 2006 el All England Club hizo su primer gran movimiento hacia el lifestyle de alta gama y se alió con Polo Ralph Lauren para rediseñar los uniformes de jueces y recogepelotas.
Por primera vez, en 129 años, el torneo más conservador del tenis apostaba por una estrategia visual de lujo como parte activa de su identidad.
Ralph Lauren encajó perfectamente. Comenzó con polos, blazers y gorras, pero terminó convertido en una línea exclusiva vendida en tiendas y boutiques de lujo, bajo el sello de Wimbledon.
El resultado fue tan bueno a nivel visual, comercial y de posicionamiento que marcó un punto de inflexión.
Durante los años siguientes, el torneo experimentó con licencias y colaboraciones. Desde joyería hasta artículos deportivos premium.
Pero pronto identificó otra área de oportunidad. ¿Y si se lanza una línea in-house?
Hoy también el diseño, desarrollo y producción de cada prenda o artículo se hace desde dentro, con el sencillo objetivo de que cada pieza diga ‘Wimbledon’, incluso antes de leer la etiqueta.
¿Por qué es una estrategia que funciona? Hay colecciones que intentan parecer exclusivas. Y hay marcas que simplemente lo son.
Wimbledon Collection funciona no porque aspire a una estética refinada, sino porque esa estética ya está en su ADN. Cada pieza que lanzan responde a una lógica simple: si no encaja en la cancha o en el clubhouse, no se vende.
No es que Wimbledon se disfrace de lifestyle, sino que, como tal son lifestyle per se y no pierden esencia.
Todo está inspirado directamente en la historia del torneo.
La colección mantiene símbolos visuales que no necesitan presentación: coronas de laurel, tipografías, paleta de colores, etc.
Tan ha funcionado que en 2023 un 4.3% de su músculo de ingresos (Forbes) correspondió a la venta de mercancía.
Entre mercancía, comidas y bebidas la cifra alcanza 57.5 MDD.
Se estima que durante las dos semanas de torneo, Wimbledon vende más de 450,000 productos en alrededor de 155,000 compras.
En promedio cada transacción incluye la compra de tres productos.
Marcas relacionadas
Desde que Polo Ralph Lauren se convirtió en un colaborador oficial de indumentaria, el torneo encontró en la moda una manera de proyectar su esencia.
Wimbledon ya no buscaba a las marcas, sino que las marcas por sí solas comenzaron a ver en el torneo una oportunidad importante.
Nike y Adidas no colaboran oficialmente, pero diseñan algunos de sus atuendos pensando en él.
Serena Williams apareció en Wimbledon 2019 con cristales Swarovski en su uniforme blanco de Nike.
Federer desfiló con blazers y chalecos que parecían sacados de un club de caballeros.
Adidas por su parte, relanzó en 2023 una línea inspirada en los años 80 que parecía hecha para encajar entre las tribunas de la Centre Court.
Y luego están las colaboraciones que no necesariamente están relacionadas con la ropa, pero sí con la exclusividad que expresa el tenis.
Rolex por ejemplo, acompaña al torneo desde 1978 como su reloj oficial. Si Ralph Lauren representa la elegancia visual, Rolex aporta el estatus que envuelve al torneo.
Por otro lado la marca de joyería Links of London ha diseñado por años dijes y accesorios con referencias al torneo: raquetas en miniatura, pelotas, dijes de fresa con crema (snack característico del evento), etc.
¿Qué tiene que aprender la industria de Wimbledon en moda y lifestyle?
El éxito de Wimbledon es resultado de decisiones estratégicas y una claridad sobre lo que representa su identidad.
Para empezar, entendieron que lanzar una colección de moda no se trata solo de diversificación comercial, sino de extender el universo simbólico de una marca sin traicionar su esencia.
A diferencia de muchos eventos deportivos que buscan monetizarse a toda costa, Wimbledon se mueve con paciencia.
No persiguen desesperadamente las modas del momento.
La segunda lección tiene que ver con el ritmo. No es difícil deducir que muchas disciplinas o espectáculos caigan en el hype de las tendencias.
Pero ya ha quedado claro que Wimbledon apuesta diferente, porque hay que decirlo, es una marca conservadora. Y como tal, piensa las cosas a modo de respetar su legado de décadas, tal como su historia con Rolex o Ralph Lauren.
Otra enseñanza evidente es pensar que la exclusividad y autenticidad, siempre será una opción mucho más valiosa que generar estrategias comunes.
En lugar de licenciar la marca sin ninguna distinción, el torneo retomó el control creativo desde dentro.
Prefirieron producir menos piezas, mejor hechas, con estándares que estén a la altura de su esencia.
Apostaron por calidad, no por cantidad.
Además, entendieron que el fanático no solo compra por comprar, lo hace también para pertenecer, para formar parte.
La colección no es simplemente indumentaria que vestir, sino es una llave de acceso simbólica a la naturaleza de Wimbledon.
Y si algo es evidente, es que la marca no está vendiendo deporte como tal, vende pertenencia, elegancia e historia.
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