🗳️ US elections: ¿qué nos dicen los datos deportivos?
¿Dónde y en qué deporte tiene más influencia el Partido Demócrata o Partido Republicano?, ¿qué nos dicen los números, las aficiones y las tendencias deportivas rumbo a las elecciones?
By El Míster Toledo
Todos sabemos lo que significan los deportes en nuestras vidas: un escape, una pasión, una forma de identidad.
Pero hay algo más profundo cuando el deporte se cruza con la política, cuando las preferencias deportivas se transforman en claves para descifrar inclinaciones políticas y estrategias electorales.
¿Qué nos dice que NASCAR se asocie más con el voto republicano o que la NBA sea una fortaleza demócrata?
Cuando el deporte se mezcla con la política, los estadios y las canchas se convierten en foros de propaganda y, cada afición, es una audiencia potencial para campañas y mensajes estratégicos.
A diferencia de lo que ocurre en Europa o LATAM, donde el futbol logra trascender las barreras de clase o ideología, los deportes estadounidenses tienden a dividirse -según los datos- en líneas políticas claras, generando categorías de ‘deportes rojos’ y ‘deportes azules’ en función de la afinidad política de sus audiencias.
Así lo define el periodista chileno Daniel Matamala, quien realizó una investigación alrededor de los deportes favoritos de los votantes; además de algunos estudios de la Universidad de Rochester y la Natmedia analysis of Scarborough Research que investigan la relación de las competiciones más importantes de EU y sus inclinaciones políticas.
Ejemplos de esta tendencia se observan en eventos como las carreras de NASCAR, un deporte de raíces profundamente arraigadas en la cultura sureña y conservadora de Estados Unidos. Con una base de seguidores que en su mayoría votan por el Partido Republicano, NASCAR es visto como un ícono de la ‘América rural’ y el patriotismo tradicional, algo que los políticos conservadores han capitalizado para reforzar sus campañas.
En 2004, George W. Bush aprovechó esta conexión y se presentó en el Daytona 500, donde fue recibido con entusiasmo por una multitud predominantemente blanca y masculina. Durante su campaña, el expresidente se aseguró de aparecer junto a iconos de NASCAR y otros deportes que conectan con sus votantes conservadores, haciendo de estos eventos un escaparate para fortalecer su imagen y atraer a una audiencia leal.
Por otro lado, deportes como el basquetbol, particularmente la NBA, han ganado un carácter más demócrata y liberal. Este deporte, asociado a comunidades urbanas y minorías étnicas, se convierte en un escenario natural para el Partido Demócrata y figuras como Barack Obama, quien de hecho, durante su campaña en 2008, usó su afinidad con el baloncesto para conectar con una base diversa y joven.
Esta tenencia la documentó el informe “Do Sports and Politics Mix? Cross-Analysis of Fan Bases of Major League Sports and Presidential Candidates” de la Universidad de Rochester donde incluye a la NBA y la NFL como ‘fortalezas demócratas’.
Desde sus famosas apariciones en la cancha hasta sus comentarios durante los partidos de la NCAA, Barack Obama transformó su conocimiento y pasión por el baloncesto en una herramienta de conexión emocional con sus votantes, resaltando una imagen fresca y cercana.
Las preferencias deportivas en Estados Unidos, entonces, no solo reflejan gustos personales, son un indicador de inclinaciones políticas y de identidad cultural. Esta relación permite que los consultores y estrategas políticos utilicen técnicas de segmentación, analizando datos de consumo y comportamiento de los fanáticos para ajustar los mensajes de campaña de acuerdo con el deporte que sigue cada grupo.
Así, los deportes se convierten en un reflejo de las preferencias políticas de los votantes y un canal eficaz para amplificar el alcance de las campañas electorales. ¿Qué tan estudiado tienen a la industria deportiva? La respuesta está en los datos:
El gráfico que figura a continuación muestra la inclinación política de la audiencia de los programas deportivos de televisión. A la derecha se encuentran las tendencias republicanas. En el otro extremo del espectro las que se posicionan como los ‘deportes demócratas’.
Fuente: Natmedia analysis of Scarborough Research
¿Les hace sentido?
Ligas como la NBA, desde sus protagonistas son sectores intuitivamente vulnerables para que tengan preferencias demócratas. O que un deporte como el golf mayormente dirigido a audiencias con un poderío económico considerable tenga cautivado a públicos republicanos.
Ni hablemos de que en todos los deportes, la versión o liga femenina es más demócrata que la masculina
La importancia de los datos para enfocar la publicidad política
Para que las campañas políticas puedan aprovechar al máximo el potencial de los deportes como herramienta de influencia, necesitan saber exactamente qué deportes y audiencias son más afines a sus candidatos.
Esto se logra gracias a diversas técnicas de recolección. Uno de ellos es el micro-targeting, un proceso de segmentación que utiliza datos de consumo, patrones de visualización de medios, y análisis de redes sociales para identificar las inclinaciones políticas de los fanáticos de distintos deportes.
En Estados Unidos, empresas de datos han identificado esto como una oportunidad de negocio y lideran este tipo de análisis, proporcionando a los estrategas políticos las herramientas para optimizar sus campañas y conectar de forma precisa con grupos específicos de votantes.
Natmedia, una firma especializada en micro-targeting, emplea datos sobre audiencias televisivas que puede ayudar a los candidatos de cierta afinidad a colocar sus anuncios en programas más vistos por el otro perfil político.
Gracias a esta empresa los republicanos han logrado aparecer en el espectro conservador.
Este proceso implica un análisis de los hábitos de consumo de medios, donde se descubrió que los republicanos tienden a ver deportes en vivo, lo que aumenta la efectividad de la publicidad en comparación con otros tipos de programas donde los comerciales pueden ser omitidos.
Target Point Consulting complementa este análisis con datos de consumo a través de tarjetas de crédito, suscripciones a revistas y encuestas de internet. Cada compra o suscripción deja una ‘huella’ digital que revela pistas sobre las preferencias políticas de los consumidores.
Si alguien compra entradas para un partido de NASCAR o para un evento del PGA, es probable que sea un votante conservador.
Por otro lado, quienes se suscriben a servicios de la NBA o la MLS suelen inclinarse hacia el Partido Demócrata.
Este tipo de segmentación permite a los candidatos ajustar sus mensajes y priorizar los deportes y eventos donde tienen más posibilidades de captar votos.
La metodología de micro-targeting también permite segmentaciones mucho más específicas.
Por ejemplo, Target Point identificó una fuerte correlación entre la práctica de deportes como el buceo y el apoyo a políticas de restricción del tabaco, debido al estilo de vida saludable que comparten ambos grupos
Este tipo de datos, aunque indirectos, puede ser crucial para movilizar votantes hacia propuestas o candidatos específicos, vinculando intereses personales con inclinaciones políticas.
Estos datos también permiten que los equipos de campaña diseñen calendarios de publicidad política sincronizados con eventos deportivos importantes.
Desde el Super Bowl en febrero hasta las finales de la NBA y la MLB en verano, los estrategas pueden maximizar la exposición de sus candidatos al aprovechar la sintonía masiva que generan estos eventos.
Al dirigirse a fanáticos de deportes en momentos clave, los equipos de campaña aseguran que sus mensajes sean vistos por las audiencias objetivo en el momento adecuado, aumentando así la probabilidad de influencia.
Los deportes en Estados Unidos se han convertido en un lenguaje compartido, una herramienta de unión y de división que refleja y refuerza las identidades políticas de sus ciudadanos. No es casualidad que los partidos y los candidatos inviertan millones en publicidad durante eventos deportivos: saben que en ellos hay algo mucho más fuerte que el retorno económico; una conexión directa con la identidad del país.
El caso George W. Bush
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